En la nostalgia por revivir lo mejor de la década, en Ibero 90.9 me pidieron reseñar esta maravilla de disco. Le puse play y esto fue lo que escribí. Lo comparto con ustedes antes de que lo publiquen en el sitio. (En donde por cierto, estarán las reseñas de los 10 mejores álbumes a cargo de los integrantes de todo el HH equipo)
Interpol – Turn On The Bright Lights
Por Baxter
¿Cómo era el mundo hace diez años? Basta decir que había torres gemelas, Felipe Calderón no figuraba en la agenda nacional y que un aparato de uso común como el iPhone aun no existía. No hablemos de la crisis económica mundial, del pánico a los tsunamis o la guerra contra el narco. ¿Vivíamos en un lugar mejor?
Hace 7 años, el mundo era otro al del inicio del nuevo milenio.
Para muchos, el 2001 fue el verdadero inicio del siglo. Inició una era de terror, dominada por los fundamentalismos occidentales, el miedo a la otredad, de avances tecnológicos que sólo nos recuerdan lo poco que hemos crecido como humanidad. Los rasgos inevitables de un mundo en decadencia que hoy sufrimos, un regreso a la era medieval.
Y en ese panorama, tan sólo 11 meses después del inicio del fin, una banda neoyorkina nos recalcó directo en la cara que vivimos en épocas oscuras. “Prendan los reflectores” porque ya nada será igual. La nostalgia, el sofocamiento provocado por el derrumbe de los valores, reflejado en dos torres colapsándose en televisión abierta. Así se siente el debut de Interpol ahora que le ponemos play. Tanta razón tenían.
Y luego vinieron los clones creados en el laboratorio, el monstruo sigue dando patadas de ahogado sin dirección. La industria no supo cómo reaccionar ante la nueva forma de concebir el mundo y entonces vino el boom del ‘indie’. Manifestación social que a los pocos meses se presentó como una respuesta casi química y que seguimos resintiendo en las estaciones de radio, en las tiendas de moda, en los noticieros de Televisa. Imitadores emulando lo que otros heredaron. La copia de la copia, esa que en un afán flagrante se convirtió en moda.
Cuando estos cuatro neoyorkinos, que supieron voltear atrás y ver a The Fall, a Iggy Pop o a Ian Curtis como una especie de confort oscuro, de “tiempos mejores”, lanzaron este álbum el mundo comenzaba a cambiar. A siete años de ponerle play por primera vez nos podemos contestar la pregunta. NO, no vivimos en un lugar mejor. Y probablemente no lo haremos, aun cuando tenemos iPhones y somos conscientes del calentamiento global.