Nostalgia de Interpol

December 2, 2009

En la nostalgia por revivir lo mejor de la década, en Ibero 90.9 me pidieron reseñar esta maravilla de disco. Le puse play y esto fue lo que escribí. Lo comparto con ustedes antes de que lo publiquen en el sitio. (En donde por cierto, estarán las reseñas de los 10 mejores álbumes a cargo de los integrantes de todo el HH equipo)

Interpol – Turn On The Bright Lights
Por Baxter

¿Cómo era el mundo hace diez años? Basta decir que había torres gemelas, Felipe Calderón no figuraba en la agenda nacional y que un aparato de uso común como el iPhone aun no existía. No hablemos de la crisis económica mundial, del pánico a los tsunamis o la guerra contra el narco. ¿Vivíamos en un lugar mejor?

Hace 7 años, el mundo era otro al del inicio del nuevo milenio.

Para muchos, el 2001 fue el verdadero inicio del siglo. Inició una era de terror, dominada por los fundamentalismos occidentales, el miedo a la otredad, de avances tecnológicos que sólo nos recuerdan lo poco que hemos crecido como humanidad. Los rasgos inevitables de un mundo en decadencia que hoy sufrimos, un regreso a la era medieval.

Y en ese panorama, tan sólo 11 meses después del inicio del fin, una banda neoyorkina nos recalcó directo en la cara que vivimos en épocas oscuras. “Prendan los reflectores” porque ya nada será igual. La nostalgia, el sofocamiento provocado por el derrumbe de los valores, reflejado en dos torres colapsándose en televisión abierta. Así se siente el debut de Interpol ahora que le ponemos play. Tanta razón tenían.

Y luego vinieron los clones creados en el laboratorio, el monstruo sigue dando patadas de ahogado sin dirección. La industria no supo cómo reaccionar ante la nueva forma de concebir el mundo y entonces vino el boom del ‘indie’. Manifestación social que a los pocos meses se presentó como una respuesta casi química y que seguimos resintiendo en las estaciones de radio, en las tiendas de moda, en los noticieros de Televisa. Imitadores emulando lo que otros heredaron. La copia de la copia, esa que en un afán flagrante se convirtió en moda.

Cuando estos cuatro neoyorkinos, que supieron voltear atrás y ver a The Fall, a Iggy Pop o a Ian Curtis como una especie de confort oscuro, de “tiempos mejores”, lanzaron este álbum el mundo comenzaba a cambiar. A siete años de ponerle play por primera vez nos podemos contestar la pregunta. NO, no vivimos en un lugar mejor. Y probablemente no lo haremos, aun cuando tenemos iPhones y somos conscientes del calentamiento global.




Metallica & Me

June 10, 2009

Una pregunta respondida por Kirk Hammet y un pequeño momento con James Hetfield terminaron siendo fácilmente reemplazadas por tres noches de intensidad absoluta. (Inclusive mejor que el sexo.) De los mejores fines de semana de mi vida.

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¡Olé, olé, olé Me-ta-lli-ca!

(reseña para Ibero 90.9)

La agónica espera de diez años terminó cuando por fin se apagaron las luces en el Foro. “The Ecstasy of Gold” de Ennio Morricone ahora apoyada por los visuales de El bueno, el malo y el feo en pantallas. Mítica, espectacular y obligatoria para los reyes de la anticipación. Y después, un latido de corazón sincronizaba los pulsos de las más de cincuenta mil personas que se reunieron para darles de nuevo la bienvenida a los harvesters of sorrow. Lo que sucede después es poco claro para explicarlo por completo con palabras.

Nadie, absolutamente nadie conoce a Metallica si no los ha visto en vivo, de menos en un VHS viejito. Esa fue la razón por la que se hicieron grandes, por la que cambiaron su sonido a principios de los noventa. Bob Rock quería hacer un disco que sonara como si estuvieran tocando en vivo. De ahí (y de sangrientas horas de repetir obsesivamente riffs y solos de guitarra en el estudio) surge el Black Album y el sonido que le cambió la cara a la música popular de por vida. Ni el más escéptico, ni el detractor más grande de la banda puede negarlo. Metallica es ENORME cuando se presenta en vivo.

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Hetfield