Es fácil decirlo, pero en realidad es una obligación difícil de cumplir. ¿Cómo dejar de hacerte pendejo con los kilos de más que te ves en el espejo, (aun cuando sumes la panza)? Con la colilla que tiraste en la calle en medio de una plática. Cuando te metes a la cama y sabes que no hiciste lo suficiente para que las cosas cambien de una vez por todas (y para bien). Dejar de hacerte pendejo… con la chica que te gusta y a la que le gustas, con los pagos al banco, a la hora de escribir un post en lugar de trabajar.
Nada fácil la tarea a la que nos invitan estos sujetos, que se tomaron tan a pecho el mandatorio que dedican parte de sus ocupadas vidas a intentar despertar algunas conciencias afuera, con respecto a la realidad actual del país. Vamos en un tren sin frenos con rumbo a un gran monolito de mierda, sin escalas. ¿A alguien le queda duda? ¿Alguien le cree a López Dóriga o a Calderón? Dejemos de hacernos pendejos, las cosas no están bien.
Dejemos de Hacernos Pendejos (DHP* en su versión políticamente correcta) es una iniciativa ciudadana que a partir de ‘operaciones’ que denuncian lo que está mal en nuestro México lindo. Su primer acto fue denunciar a los diputados se ‘devolvieron’ más de $500 millones de impuestos de sus aguinaldos. ¿Saben en qué acabó? En que no podían tomar en serio una petición de una organización con un nombre así. La nota entera pueden leerla aquí.
¿Hacen falta más organizaciones así? ¿O simplemente es un intento más, un sueño guajiro por cambiar un país que simplemente ya no tiene remedio?
Opínele…