Esta es la mejor banda del mundo

August 10, 2012

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Esperé hasta el último concierto para vaciar todo lo que vi durante cuatro fechas en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México. Metallica, la banda que me inspiró un amor incontrolable hacia la música, visitó nuestra ciudad. Somos consentidos. Arrancaron una nueva gira, que celebra 30 años de la banda, en nuestra ciudad, con ocho fechas seguidas. (Inserte aquí chiste de Luis Miguel o de Chespirito en el Teatro Libanés.)

Ocho fechas. Ocho llenos totales. Ocho noches en donde “Master of Puppets”, “…And Justice For All”, “Ride The Lightning” y “Seek and Destroy” enloquecieron a más de 20,000 personas por noche. Eso hace a Metallica la banda más exitosa en nuestra ciudad. Más que una banda, se ha tornado en un culto difícil de igualar. Una suerte de religión en donde los coros de “The Memory Remains” suenan como cantos sagrados, y los fúricos alaridos que rugen «Die! Die! Die!» de “Creeping Death” son una catarsis difícil de igualar.

Las críticas pueden llover. Que si Metallica es una banda “pop” de metal. Que si es el show on ice de una banda que en algún momento cambió la percepción de la música pesada ante el mundo. Que ya están viejos y que sus chistes son predecibles. Que parece un mal montaje de Las Vegas. Que el show está prefabricado y los chistes aburren.  La banda siempre ha estado sujeta a este tipo de críticas. No es la primera, ni la última vez que les pasará. El que expone… se expone.

Sin embargo, y más de 100,000 personas no me dejarán mentir, lo importante no está en si tocaron las mismas canciones (con épicas variaciones entre concierto y concierto… si me preguntan) o si ya están viejos y vinieron a nuestro país a experimentar con su nueva gira para ganar millones. Lo importante de un concierto de Metallica es ver a James, Lars, Kirk y Robert tocar sus canciones.

Claro. Funciona, y muy bien, la silla eléctrica alimentada por generadores de Tesla, o a Doris (Lady Justice) derrumbarse durante el tema de 1988 que le da vida. ¿James tocando en un cementerio? Eso ocurrió en 1986, cuando Metallica le abría a Ozzy y el público iba a verlos a ellos. ¿El quemado? Un gag para fans que sí vieron el Cunning Stunts, un DVD que mostraba a un Metallica poderoso después de lanzar un disco blandito como el Load.

He escuchado más de 100 veces el solo de “Battery”. La introducción en vivo de “Sad But True” es un sello de la banda, ya sé que viene después de «Do you want HEAVY?», el interludio de “One” ha sonado en mis orejas miles de veces. ¿Y saben qué? Durante cuatro noches eso es lo que menos me importó. Son canciones que le hablan a quienes le tienen que hablar. Son letras que, a pesar de los años, siguen hablándole a generaciones enteras, porque existe algo de verdad en ellas. Es una banda de verdad, que supo resurgir del yugo de los egos y los demonios de la fama para hacer lo que hacen bien: tocar sus canciones. Tuvieron que sacar un disco terrible en el camino. Se olvida.

La última noche de sus conciertos es digna de recordarse durante mucho tiempo. Por primera vez tocaron “Orion” en vivo en nuestra ciudad. Su obra maestra. Esa canción que le calla la boca a sabihondos y a letrados en música. En el momento en el que los cuatro interpretan una canción que sale de la víscera para conectarse con las neuronas y cambiar el pulso de quienes lo escuchen, todos guardan silencio. Porque así debe ser.

Metallica es una banda que merece todo el respeto de quienes los escuchen. Es una banda que logra lo que ninguna otra. Comunión entre miles. Nacimientos de amistades. Lágrimas en medio de una melodía furiosa. Porque toca esas fibras de quienes aparentemente son duros, pero que reciben con una crudeza inigualable una sabiduría y una entrega que pocas bandas logran.

Por eso Metallica es mi banda favorita. Porque me hace sentir vivo. Porque sus canciones, aunque suenen millones de veces, me siguen diciendo cosas importantes. Porque los admiro como cuando tenía 14. Y estas noches en el Palacio de los Deportes difícilmente serán borradas de mi memoria. Seguramente más de uno se siente de la misma manera.

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Metallica & Me

June 10, 2009

Una pregunta respondida por Kirk Hammet y un pequeño momento con James Hetfield terminaron siendo fácilmente reemplazadas por tres noches de intensidad absoluta. (Inclusive mejor que el sexo.) De los mejores fines de semana de mi vida.

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¡Olé, olé, olé Me-ta-lli-ca!

(reseña para Ibero 90.9)

La agónica espera de diez años terminó cuando por fin se apagaron las luces en el Foro. “The Ecstasy of Gold” de Ennio Morricone ahora apoyada por los visuales de El bueno, el malo y el feo en pantallas. Mítica, espectacular y obligatoria para los reyes de la anticipación. Y después, un latido de corazón sincronizaba los pulsos de las más de cincuenta mil personas que se reunieron para darles de nuevo la bienvenida a los harvesters of sorrow. Lo que sucede después es poco claro para explicarlo por completo con palabras.

Nadie, absolutamente nadie conoce a Metallica si no los ha visto en vivo, de menos en un VHS viejito. Esa fue la razón por la que se hicieron grandes, por la que cambiaron su sonido a principios de los noventa. Bob Rock quería hacer un disco que sonara como si estuvieran tocando en vivo. De ahí (y de sangrientas horas de repetir obsesivamente riffs y solos de guitarra en el estudio) surge el Black Album y el sonido que le cambió la cara a la música popular de por vida. Ni el más escéptico, ni el detractor más grande de la banda puede negarlo. Metallica es ENORME cuando se presenta en vivo.

[leer más]

Hetfield


Top 10: Metallica Live!

May 21, 2009

Aprovechando que vendrán en menos de lo que pensamos, y que ha revivido la manía por los Fab-4 del Bay Area. Aquí una selección personal sin ningún orden específico de sus rolas (y un wishlist) para el 4, 6 y 7 de junio.

¿Y cuáles son las suyas?


Metallica – Death Magnetic

September 3, 2008

vía: thatmusic
Tracklist:

1. That Was Just Your Life
2. The End of the Line
3. Broken, Beat & Scarred
4. The Day That Never Comes
5. All Nightmare Long
6. Cyanide
7. The Unforgiven III
8. The Judas Kiss
9. Suicide & Redemption
10.My Apocalypse

download
pass: thatmusic.blogspot.com

O si prefieres, cómpralo.


¿Qué pedo con los de Metallica?

September 3, 2008

Y no podía comenzar un blog sin un post sobre Metallica ¿no?

Los fans de Metallica somos juzgados, odiados y vapuleados… y con toda la razón del mundo.

(mírenlos nomás)

Somos los fans más odiosos de una de las bandas más detestables del mundo. (Después de U2, y algunas otras de cuyo nombre no quiero acordarme.) Ni modo, esa banda cuyos sinónimos todos tienen que ver con masturbación adolescente y caras granulosas y encabronadas significa mucho para sus verdaderos fans.
Y no es broma… una suscripción a su “club de fans” va de los 45 a los 60 dólares anuales. Claro, los consienten con material exclusivo, primicias y hasta la oportunidad de conocer a los semidioses humanoides detrás de la franquicia. Pero seamos francos, ese material exclusivo ya no es la última coca del desierto

Para el lanzamiento del Death Magnetic hicieron una suerte de videodiario en donde los verdaderos fans (o los que pagaban) podían ir siguiendo paso a paso la grabación del disco, que por cierto hicieron con el pentapichichi del disco: Rick Rubin. Pero ese contenido (y por más que se encabrone el pedante de Lars Ulrich) lo subían inmediatamente a youtube sus robinhoodescos seguidores. Y luego lo bajaban por eso del copyright infringement, y luego lo volvían a subir… y luego lo bajaban los abogados ad infinitum.

Ahora ya tienen el disco listo, y hasta video tienen. Han subido 3 rolas a la red, dos de ellas exclusivas para su club de fans. Y ese sí que es buen mercadeo. Todos hablan de las nuevas rolas de Metallica como si fuera el gran suceso. (La verdad es que sí significa algo para algunos de nosotros.)
Pero viene el dilema de robar o no robar música. Y algunos hemos decidido NO PAGARLES más a esos bastardos (con comprar el disco basta), las puede obtener fácilmente vía otros medios que son gratis…

¡Qué pedo con los de Metallica y sus mercadólogos! ¿Será que son tan ingenuos?

No lo creo.

¿O será que soy un muy mal fan?

Nos leemos al rato.